viernes, 22 de enero de 2010

Cuentos Infantiles - Capítulo 7

Cuentos Infantiles

(Los personajes aquí mostrados pertenecen a sus respectivos creadores. Yo simplemente los tomo sin ánimo de lucro.)

Ricitos de Pin y los tres del futuro

Había una vez una niña muy buena…
- ¿Buena yo? ¡Si un cuerno! ¡Muahahahahaha! –Risa malévola de Ricitos de Pin.
Vale, no era una santa, pero eso no importa. Un día, Ricitos de Pin…
- ¿Ricitos? ¡Si tengo el pelo lacio!
Vale, criaja, te llamaremos solo Pin.
- Eso me gusta más.
Un día, Pin fue a pasear por el bosque con la intención de encontrar algo que valiese la pena, como un bazooka, una bomba, ese tipo de cosas que les gusta a las niñas de hoy en día.
No encontró nada de eso (¡Ja!) pero encontró una casa, y como era una hocicuda (¡Cotilla!) decidió entrar.
- Anda, mira que casa más “bonita” –Nótese la expresión de asco al decir esa palabra-, voy a entrar.
Cuando entró vio una mesa con tres platos de potaje (Que campurrio, ¿no?) y como tenía mucha hambre decidió comer. Primero probó el plato grande.
- ¡Aaaaag! ¡Está ardiendo! Además, sabe realmente asqueroso.
Después probó el del plato mediano, que era rosa.
- Menudo tazón más cursi –Cogió la cuchara y probó-. ¡QUÉ AAAAASCOOOO! ¡Está helado! ¿En esta casa nadie tiene sentido del gusto?
Y finalmente probó el plato pequeño, no sin antes ver que no era potaje, sino pizza.
- ¡Esto si que me gusta! –Y se la comió en menos de dos minutos.
Con el estómago lleno se fue al salón y vio una gran tele de plasma y un armario lleno de DVDs piratas y sin título.
- Prefiero ver la tele –Pero cuando encendió la tele solo se veían rayitas-. Genial, se fue la transmisión. Bueno, veré algún DVD.
Una pausa para hacer una pregunta. ¿Acaso a Pin no le explicaron lo de la propiedad privada?
Entonces Pin vio que todos los DVDs estaban rayados, todos excepto tres, en los que solo ponía “Lloyd”, “Barbara” y “Phil”.
- Vamos a probar con “Lloyd” –Cuando puso el DVD salió una película de dibujitos-. Aburrido. Pondré “Barbara” –Esta vez la película era “Titánic”- ¡No! ¡Una película melosa no! –La quitó rápidamente- Más vale que “Phil” valga la pena –Puso la película y…
Digamos que era una peli “No apta”… Bah, nada del otro mundo… ¿O si?
Bueno, después de ver los DVDs, a Pin le entraron ganas de ir baño. Otra vez la pregunta. ¿No sabe que significa propiedad privada? En el baño vio tres revistas y, como se aburría y la pizza le sentó un poco mal, cogió una. Esta era un comic.
- Aburrido.
La lanzó y cogió la siguiente. Era una revista de cotilleos.
- Más aburrido aún.
La lanzó y divisó una tercera revista, muy escondida. La cogió y…
Digamos que era, como la peli, “No apta”…
Entonces, a Pin le entró sueño, y volvemos a preguntar “¿Sabes que estás en propiedad privada?”. Entonces llegó a un pasillo con tres habitaciones. Entró en la primera y vio que había posters de Disney, sobre todo de Bambi.
- Qué infantil. Esta debe de ser la del hijo.
Se acostó en la cama, pero era muy dura.
- ¡Dios! ¿Cómo puede alguien dormir así? ¡Es peor que dormir en el suelo!
Salió del cuarto y se metió en la segunda habitación. Este era completamente rosa, con posters de Leonardo DiCaprio y Brad Pitt.
- Deben de tener una hija. Dios, que cursi.
Se acostó en la cama, pero era tan blanda que se hundió en ella.
- ¡Socorro! ¡Me ahogo! –Manoteó y pataleo y por fin pudo salir- ¡Esta familia es rarísima!
Entonces entró en el tercer cuarto. Digamos que ya de por sí la habitación era “No apta”. Posters de chicas desnudas, revistas porno y todas esas cosas guarras.
- Ya es seguro, tiene a un pervertido viviendo aquí. ¡Me niego a dormir aquí!
Haberlo pensado antes de meterte en propiedad ajena. Si tienes sueño no te queda alternativa, por que no hay más cuartos.
- Vale, ahórrate el sermón –Se acostó en la cama, la cual era perfecta-. Al menos aquí si se puede dormir.
Y Pin se quedó dormida. Mientras dormía, tres personas entraron a la casa. Eran los Diffy, los dueños de la casa. Estaba papá Diffy, mamá Diffy e hijo Diffy… Qué porras, llamémoslos por sus nombres, Lloyd, Barbara y Phil.
- ¡Qué hambre tengo! –Dijo Lloyd.
- No te preocupes, cariño –Dijo su esposa Barbara-, he dejado los potajes preparados.
- Menos mal que cambié el potaje por pizza antes de que se dieran cuenta. –Pensó Phil.
Pero al llegar a la cocina encontraron una sorpresa.
- ¡Aaaaaah! ¡Cucarachas!
¡Eso no, Barbara, lo otro!
- Ah, si.
- ¡Mirad! –Dijo Lloyd- ¡Alguien ha probado mi potaje!
- ¡También han probado el mío!
- ¡Mi pizza! ¡Me han robado la pizza!
- ¿Con que cambiando la comida, Phil? ¡Pues estás castigado un mes sin salir!
- ¡No es justo!
- Bueno, veamos la tele.
Al llegar al salón encontraron otra sorpresa.
- ¡Más cucarachas!
¿Te quieres callar con las cucarachas y seguir el guión?
- Perdón, es que me dan asco.
- ¡Alguien ha abierto el armario de los DVDs y los ha sacado!
- ¡Alguien se ha dejado la televisión encendida! ¡Con lo cara que es la luz!
- ¡Alguien ha puesto mi peli porno!
- ¡Phil! ¿Qué peli porno?
- ¿He dicho porno? ¡Quería decir cromo! ¡Eso es! Me falta uno para la colección.
- Casi cuela. ¡Seis meses castigados!
- ¡No es justo!
- ¡Alguien ha entrado en nuestra casa!
- ¡Revisemos la casa!
Cuando llegaron al baño, vieron otra sorpresa. ¡Y no eran cucarachas!
- ¡Aaaaaah! ¡Un pervertido!
- ¡Que no soy un pervertido! –Gritó el tío Jimmy. ¿Y tú que narices haces aquí?- Vale, ya me voy.
- ¡Alguien me ha destrozado mi comic!
- ¡Alguien me ha destrozado mi revista de “periodismo de investigación de los famosos”! –Es que no le gusta reconocer que son puros cotilleos.
- ¡Alguien sacó mi revista!
- ¿Otra revista guarra, Phil? ¡Un año castigado!
- ¡No es justo, no es justo, no es justo!
- Solo nos queda un sitio por mirar: ¡Las habitaciones!
Y así fueron cuarto por cuarto.
- ¡Alguien se metió en mi cama y arrancó mis posters de Bambi!
- ¡Alguien se metió en mi cama y les pintó bigote a Leo y Brad!
- ¡Hay alguien en mi cama!
- ¡Phil! –Gritó Barbara al ver el cuarto con los posters y todo- ¡Castigado de por vida!
Entonces Pin se despertó.
- ¿Queréis callaos? ¡Así no hay quien duerma!
- ¡Okupa!
Entonces Pin se dio cuenta de que eran los dueños de la casa y, si pensáis que salió corriendo, os equivocáis. Pin consiguió echar a la familia Diffy, la cual se fue con varios moratones, y se quedó con la casa. Y fue feliz y comió perdices.
- ¿Perdices? ¡Las odio! Mejor una pizza.
Bueno, y comió pizza.

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